SESIONES DE PRINCIPIARTE EN EL CENTRO COMUNITARIO DEL BARRIO OLIVER

En el mes de diciembre he realizado dos sesiones con dos de los grupos que participan en el Centro Comunitario del Barrio Oliver, un centro gestionado por la Fundación Adunare que pertenece al ayuntamiento de Zaragoza y en el que también participa el departamento de Zaragoza Vivienda.

Un centro que como bien indica su nombre, lo que pretende y consigue es crear un espacio de encuentro entre los diferentes colectivos de este barrio en el que hay una diversidad de etnias,  tipologias de personas, diferentes estratos sociales, un barrio al que este proyecto le ofrece la oportunidad de encontrarse en diferentes actividades, en su comedor, en sus duchas comunitarias, para constatar que las diferencias no tienen porque ser un problema, y que bien comprendidas, estas son la mejor manera de crecer y complementarnos unos a otros, desde las diferentes vivencias y perspectivas de cada uno.

Compartí dos sesiones en dos jueves diferentes con el grupo del Puchero de Gabriela , un grupo de mujeres de etnia gitana, llenas de fuerza, de energía y de muchas ganas de aprender y divertirse.

Vimos lo que nos cuesta mirarnos y hacernos de espejo, el miedo que da reconocer cosas de nosotros que todavía ni tan siquiera sabemos y que podemos comprender a través de esa mirada compartida desde un lugar mas esencial.

Reímos, bailamos y nos emocionamos juntas.

Y me emocione tremendamente en las sesiones con el otro grupo, un grupo de mujeres de la tercera edad, en el que algunas de ellas tenían mas de ochenta años, me parecieron un ejemplo de personas.

Con unas tremendas ganas de compartir desde la afectividad, desde la expresión, desde el SER ellas mismas.

Edades en las que las personas parece que vienen de vuelta de todo, que ya no tienen motivación por seguir creciendo, y ver en ellas esas ganas de disfrutar , de quererse, de querer y de mostrarse, me lleno de satisfacción, son momentos que hacen que todo merezca la pena.

Mostraron sus debilidades, y también sus fortalezas y me agradecieron que llevándoles a diferentes formas de improvisación, habían estado durante las sesiones sin acordarse ni un momento de las preocupaciones.

Pidieron que volviera en otro momento con mi payasa Chiquitina y estaré encantada de hacerlo.

Centro Comunitario Oliver

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